Varios países del mundo ya han detectado casos de la nueva cepa de coronavirus, identificada inicialmente en Reino Unido.
Un virus mutante suena instintivamente aterrador, pero mutar y cambiar es lo que hacen los virus.
La mayoría de las veces es un ajuste sin consecuencias o el virus se altera a sí mismo de tal manera que se debilita al infectarnos y la nueva variante simplemente desaparece.
Se juntan tres cosas que llaman la atención:
Todo eso combinado hace que hablemos de un virus que se puede propagar más fácilmente.
La nueva cepa se detectó por primera vez en septiembre. En noviembre, alrededor de una cuarta parte de los casos en Londres eran de esta nueva variante. Y para diciembre representaba casi dos tercios de los casos.
No hay una cifra "precisa" de cuánto más infecciosa puede ser la nueva cepa.
Diferentes científicos, cuyo trabajo aún no fue publicado, señalan cifras mucho más altas y mucho más bajas que el 70%.
"La cantidad de evidencia todavía es lamentablemente inadecuada para extraer opiniones fuertes o firmes sobre si el virus realmente ha aumentado la transmisión", dijo el profesor Jonathan Ball, virólogo de la Universidad de Nottingham.
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