Día de la Cero Discriminación
La Declaración Universal de los Derechos Humanos declara que nadie tiene la potestad de arrebatarle sus derechos a otros individuos, mucho menos por su raza, género, preferencia sexual, creencias religiosas o limitación cognitiva.
La discriminación consiste en otorgar un trato peor a una persona en comparación con otras. Es decir, trato desigual por diferentes motivos: raciales, religiosos, diferencias físicas, políticas, de sexo, de edad, de condición física o mental, orientación sexual, entre otros.
Los tipos de discriminación más frecuentes pueden ser:
Las mujeres y niñas son unas de las principales víctimas de la discriminación. Con frecuencia son privadas del derecho a la educación. Muchas son sometidas a la fuerza a la mutilación genital femenina. Son condenadas al desprecio y maltrato de los hombres. En muchos países la opinión de las mujeres no vale nada. Las niñas son obligadas a casarse con desconocidos que les doblan la edad y la violación o las palizas dentro del matrimonio ni siquiera están castigadas de forma explícita por sus leyes.
A ello se suman, además, distintos tipos de discriminación, presentes en el día a día. Cuestiones como la brecha salarial, la conciliación laboral o el llamado techo de cristal están todavía pendientes de resolverse.
Otra de las principales causas de discriminación es el color de la piel. Las diferencias en el color de la piel van unidas a toda una serie de prejuicios sobre chinos, rumanos, negros. Ideas preconcebidas (y muchas veces negativas) sobre sus costumbres, su cultura o sus creencias religiosas que determinan la percepción.
Por desgracia, otro tipo de discriminación que nos afecta con frecuencia en nuestra sociedad, a pesar de que ha habido avances en este sentido, es la discriminación por la identidad sexual. No solamente al elegir u aceptar una identidad sexual, sino hacia familias homoparentales o monoparentales. Debemos poner temas como esto en la educación y ello pudiera marcar la diferencia.
En el contexto de la Sociedad Cubana actual la discriminación podría parecernos un aspecto superado. Pero es algo que infelizmente acompaña el desarrollo de nuestra sociedad en el presente. A pesar de que nuestras leyes abogan por el enfrentamiento de los prejuicios y conductas discriminatorias que estamos conscientes que atentan contra la unidad nacional y limitan el ejercicio de los derechos de las personas.
Aún no son suficientes las labores que hacemos para eliminar el rechazo hacia un individuo o un grupo de ellos. Muchas veces la discriminación ocurre por creencias erradas que son trasmitidas de una generación a otra o por cuestiones culturales dentro de la sociedad. Debemos ser conscientes de que, de esta forma de convivir y actuar, muchas veces no reconocida, está retrasando el desarrollo de las comunidades y se puede estar atentando contra la vida de todos.
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