Día Internacional del Beso
El Día Internacional del Beso, se celebra el 13 de abril como un homenaje al beso de más larga duración que se ha registrado en la historia, que tuvo lugar en Tailandia para conmemorar el Día de San Valentín.
La etimología del beso es una voz latina, que proviene de basium = beso. En una jarcha andalusí del siglo XI se emplea el término baigare, basiare = besuquear, morrear.
Para muchos un beso es una demostración de afecto, para otros de compromiso. Lo cierto es que los primeros registros que se tienen de los besos provienen de India, precisamente fueron esculpidos en el año 2.500 a.C. en las paredes de los templos de Khajuraho.
Desde su origen, el beso ha tenido diferentes significados, pero claro, eso dependía de la situación social, y de la época. No siempre las cosas han sido como en nuestros tiempos.
Las primeras evidencias sobre el origen del beso, las encontramos hace más de 4.000 años en los antiguos pueblos semíticos.
Como símbolo del beso se ha empleado desde los primeros siglos de la era cristiana la ‘X’, inicial de Xristos o Cristo en griego.
La ‘X’ era símbolo de fidelidad, y tenía fuerza de juramento.
En tiempos en los que pocos sabían escribir, la ‘X’ era firma válida porque quien la escribía bajo una carta o documento testificaba sobre la veracidad y buena fe del escrito.
El beso era un saludo habitual entre iguales: en la mejilla para la amistad, en la mano para expresar sometimiento, y en la boca para expresar devoción.
Se ha probado científicamente que los besos tienen beneficios para la salud humana. Un gesto amoroso que influye positivamente en nuestra salud física y mental.
Los besos, junto a los abrazos y las caricias, son actos de amor, actos que cuando los recibimos de la persona que deseamos no has hacen sentir realmente bien. Los besos producen sensaciones agradables y pueden llegar a dejarte sin aliento o ponerte la piel de gallina. Son mensajes del corazón, y son más sinceros y profundos que las palabras.
1. Ayudan en la supervivencia de la especie
Los besos no solamente son agradables, sino que puede que tengan una función adaptativa. Es por eso que los expertos en psicología evolutiva afirman que estamos biológicamente programados para besar, pues las muestras de afecto pueden ser clave para la supervivencia de la especie humana.
Además, según Sheril Kirshenbaum, de la Universidad de Texas y autora del libro La ciencia del besar: “Los besos producen reacciones químicas en nuestro cerebro que movilizan nuestro cuerpo. Existe un intercambio de saliva en el que la testosterona del hombre actúa como afrodisíaco en la mujer”. Todos sabemos la importancia que tiene la procreación para que la especie humana no desaparezca, y, sin duda, los besos y el sexo van muy ligados.
2. Estrechar lazos
Los seres humanos somos seres sociales, y los besos tienen el poder de mantenernos unidos. Besamos a aquellas personas que amamos, como si fuese un impulso incontrolable. Besamos siempre que podemos a nuestros hijos, dándoles el mensaje de lo mucho que les queremos y lo importantes que son para nosotros, y también besamos a nuestra pareja porque algo en nuestro interior nos mueve a hacerlo.
Si bien es cierto que, en muchas ocasiones, besamos a desconocidos para presentarnos y mostrarnos como personas educadas, el amor provoca en nosotros un deseo de besar, y cuando besamos, liberamos hormonas como la oxitocina, que se relacionan con el afecto y la confianza.
3. Reduce la presión arterial
Besarse no es solamente bueno para el corazón del amor, sino también para tu órgano vital. Según Andrea Demirjian, autora del libro Besos: Todo lo que usted siempre quiso saber acerca de uno de los placeres más dulces de la vida. "Besar es una experiencia íntima con notables beneficios para la salud. Un beso apasionado aumenta los latidos del corazón de forma saludable y ayuda a disminuir la presión sanguínea".
Además, la experta cuenta que “los besos dilatan los vasos sanguíneos, la sangre fluye de una forma fluida y firme, y llega a todos tus órganos vitales".
4. Reduce el dolor
Algunos estudios afirman que los besos tienen un efecto analgésico y reducen distintos tipos de dolor: de cabeza, espalda, calambres menstruales. Después de una dura jornada de trabajo, uno puede llegar a casa cansado y con dolor de cuello después de un día tenso en la oficina. Al llegar a casa, pero, los besos de la pareja pueden tener un efecto positivo en la persona, haciéndole sentir bien.
Los expertos afirman que besar y ser besados libera algunas sustancias opioides como las endorfinas, que ayudan a sentirnos mejor y están relacionadas con las sensaciones placenteras. En otras palabras, un buen beso podría actuar como la morfina, pero sin sus efectos secundarios. No hay mejor medicamento que un buen beso.
5. Reduce el estrés
El estrés es uno de los grandes males de la actualidad, pero los besos parecen tener un efecto positivo sobre este fenómeno, lo que ayuda a mejorar considerablemente el bienestar de las personas. La causa parece estar en que los besos reducen la hormona cortisol, que se relaciona con el estrés.
6. Ayuda a afinar en la búsqueda de pareja
Un curioso estudio es el que realizó el psicólogo Gordon Gallup de la Universidad de Albany, junto con Susan Hughes y Marissa Harrison, y que tituló “La psicobiología del beso romántico”.
Según los resultados de esta investigación, el intercambio de saliva que se produce en un beso aportaría información genética que ayudaría a identificar a posibles parejas potenciales para la correcta reproducción, porque permitiría intercambiar información y evaluar si hay un grado de compatibilidad genético entre ambas personas y si merece la pena esa relación. Un estudio polémico que parece olvidar los factores sociales asociados a la búsqueda de pareja, y que deberá ser replicado para conocer con más detalle si se repiten estos resultados.
7. Mejora la relación sexual
Los besos son una parte importante de las relaciones sexuales y no cabe duda de que mejoran la experiencia íntima. Según un estudio de la Universidad de Albany, las mujeres tienen la necesidad de besarse antes y después de un encuentro sexual, mientras los hombres son más proclives al sexo sin la mediación de un beso. Lejos de estos resultados, queda claro que besar intensifica las sensaciones y hace que el encuentro sexual sea mucho mejor.
8. Mejora el sistema inmune
Los besos mejoran el sistema inmune según afirman distintos estudios. Uno de ellos parece indicar que los besos, en el caso de las mujeres, ayudan a protegerse contra el Citomegalovirus que podría causar la ceguera infantil u otros defectos de nacimiento durante embarazo cuando se contrae de boca a boca. Además, algunos estudios afirman que el intercambio de gérmenes de la saliva podría causar que el sistema inmune de la persona mejore contra estos mismos gérmenes.
9. Ayuda a sentirte mejor
Como he dicho, besarse ayuda a liberar endorfinas, unas hormonas relacionadas con el bienestar y el placer. Asimismo, libera otros neuroquímicos como la serotonina (niveles bajos de este neurotransmisor se relacionan con la depresión) o dopamina, neuroquímicos relacionados con la felicidad y la repetición de conductas. Con los besos se activa la región cerebral relacionada con el consumo de drogas: área del refuerzo.
Otros beneficios de los besos para la salud:
Si bien los aspectos positivos del beso están claros, también es importante conocer su parte eventualmente problemática, y es que hay ciertas bacterias y virus que pueden acompañar al intercambio de saliva. Estas son algunas de las posibles infecciones o enfermedades que se pueden transmitir:
Para evitar el contagio de este tipo de enfermedades, se recomienda evitar el contacto íntimo y los besos con personas desconocidas o con los que no se tenga una relación de confianza, porque la mayoría de las veces no se puede saber si la persona está o no enferma.
Si hasta ayer la intensidad del amor se medía en besos, abrazos y otros intercambios afectuosos, hoy es a la inversa. Hay besos y abrazos que enferman y matan. Es una de las puertas por las que se coló, en muchos hogares cubanos, la COVID 19.
El coronavirus provocó que este acto cotidiano de dar un beso, dejara de estar presente en nuestras vidas. El distanciamiento social o el miedo al contagio nos robaron besos de despedidas, de reencuentros, de agradecimiento, de amor. Besos de esos que despiertan mariposas en el estómago y que nos hacen tomar decisiones. Besos que, al fin y al cabo, ya no volverán.
El beso tiene la increíble cualidad de implicar nuestros 5 sentidos, los besos son experiencias únicas y pueden llegar a ser inolvidables. Sin embargo, la nueva "normalidad" debida al coronavirus nos invita a abandonar este acto tan cotidiano -el besar- el COVID-19 se transmite a través de pequeñas gotas respiratorias de una persona infectada -con o sin síntomas- que se expulsan cuando tose, estornuda y habla, así como a través de la manos y objetos contaminados -fómites-. Estas gotitas microscópicas contagiosas también se encuentran en la saliva y por tanto las podemos transmitir cuando besamos.
“…No debemos permitirnos arriesgar nuestra salud y la de la familia, seamos cuidadosos cuando pensemos o deseemos dar o recibir un beso…”
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