Azitromicina y COVID-19: ¿Prevención o cura mágica? ¿Qué dice la ciencia?
La búsqueda de un antibiótico ampliamente conocido en la población cubana como la Azitromicina es en los últimos meses más habitual de lo que se quisiera, y ello está vinculado al incremento sostenido de contagios con el virus SARS-CoV-2.
¿Es eficaz la azitromicina para prevenir o curar la COVID-19?
En busca de la evidencia científica sobre el tema, Cubadebate conversó con el doctor en Ciencias Daniel González Rubio, especialista de medicina interna del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y la doctora Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría. Ambos son miembros del Grupo de Expertos de la COVID-19 del Ministerio de Salud Pública.
De acuerdo con González Rubio, en la actualidad no existe en el mundo un medicamento verdaderamente eficaz contra el SARS-CoV- 2. “Entonces, no es correcto asumir que la azitromicina es la cura para la COVID-19. Enfatizamos que este fármaco ni siquiera está en el grupo de los medicamentos antivirales, aunque es cierto que en teoría se le han conferido ciertos efectos antiinflamatorios y antivirales”, explicó el especialista.
Las recomendaciones de la Organización Mundial/Panamericana de la Salud (OMS/OPS) plantean que no se ha comprobado disminución de las hospitalizaciones ni mortalidad por el uso de azitromicina, ni tampoco que este medicamento reduzca la duración de los síntomas.
Los protocolos nacionales del manejo de la COVID-19 están dirigidos a lograr un efecto antiviral con el uso de los interferones en los primeros días de la enfermedad.
En ese sentido, el especialista consideró importante señalar que si el paciente está asintomático o tiene una forma clínica leve y además, está vacunado contra el SARS- CoV-2, puede incluso no requerir dicho tratamiento, y en estos casos solo se indica tratamiento sintomático.
La doctora Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría, enfatizó en que el protocolo cubano pediátrico de atención a la COVID-19 es dialéctico y no se ha mantenido estático a lo largo de la evolución de la epidemia. “Al contrario, aboga por adelantar los tiempos”, dijo. Respecto a la azitromicina, señaló que en un principio se indicaba en pacientes sospechosos, “pero posteriormente la evidencia clínica en el escenario cubano nos llevó a múltiples debates científico asistenciales, en los cuales abogamos por el uso personalizado de este antibiótico, cuando exista evidencia de infección bacteriana asociada”.
González Rubio, puntualizó que la azitromicina no es “la cura mágica” de la COVID- 19, y que incluso, su uso sin prescripción médica puede causar un daño clínico adicional. “En realidad, el éxito del tratamiento para la COVID- 19, descansa en un manejo clínico integral día a día del paciente y no en un fármaco determinado”, señaló.
“Reiteramos a la población que deben guiarse siempre por las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública de Cuba y por las indicaciones de nuestros médicos facultados para tratar la COVID- 19, y no dar seriedad a hechos anecdóticos o artículos sin soporte científico que pueden aparecer en internet”, concluyó.
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