El 2 de diciembre en la Historia de Cuba
El 2 de diciembre de 1956 arriba el yate Granma a los cayuelos, cerca de la playa Las Coloradas, con 82 expedicionarios a bordo, al frente de los cuales se hallaba el jefe del M-26-7, Fidel Castro Ruz, quien cumplía la promesa hecha de comenzar aquel año la insurrección armada.
Desde los meses de confinamiento en el presidio Modelo de Isla de Pinos, debido a los sucesos del 26 de julio de 1953, Fidel Castro había comprendido que el dictador Fulgencio Batista no iba a dar ninguna oportunidad a formas de lucha por la justicia social por las llamadas vías cívicas de la sociedad.
Al salir de prisión junto a varios moncadistas, Fidel fundó entonces el M-26-7 y partió al exilio con la firme convicción de regresar con un grupo de revolucionarios que debían acompañarlo para hacer la insurrección armada como única vía posible ante la represión y los asesinatos del régimen.
Ochenta y dos hombres viajaron en el yate Granma, eran en su mayoría muy jóvenes, con la excepción del segundo jefe de la expedición, el fogueado combatiente comunista y periodista Juan Manuel Márquez, con poco más de 40 años, quien fuera apresado, torturado y asesinado a los pocos días del desembarco.
El barco llegó a las costas orientales de Cuba el 2 de diciembre de 1956, hace 65 años, cerca de la playa Las Coloradas en el municipio de Niquero. Llegó, entraron sus 82 expedicionarios y nació el Ejército Rebelde, embrión de las #FuerzasArmadasRevolucionarias. La llegada de los expedicionarios del yate Granma marcó el inició de la lucha en la Sierra Maestra, que derrocó con su triunfo la dictadura de Fulgencio Batista y culminaran con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.
El desembarco fue también otra hazaña pues los expedicionarios debieron hacerlo en un intrincado y cenagoso punto de la costa oriental cubana que no era el previsto.
Sobre el desembarco escribiría después el Che Guevara: “Quedamos en tierra firme, a la deriva, dando traspiés, constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas, que caminaban como siguiendo el impulso de algún mecanismo psíquico”.
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