System Messages

Neuróloga que investiga y sufre covid-19 de larga duración reconoce afectado su coeficiente intelectual como secuela del contagio.

Investigaciones han demostrado afectaciones cerebrales post covid.

Neuróloga que investiga y sufre covid-19 de larga duración reconoce afectado su coeficiente intelectual como secuela del contagio.

Neuróloga que investiga y sufre covid-19 de larga duración reconoce afectado su coeficiente intelectual como secuela del contagio.

Mientras se prepara para reclutar a decenas de personas para una investigación sobre covid-19 de larga duración, la neuróloga Clarissa Yasuda separa estos compromisos profesionales con una rutina propia para hacer frente a las secuelas que dicha enfermedad dejó en su cerebro.

“No volví a la normalidad, no volví a mi estado precovid desde el punto de vista cognitivo, de atención, de agilidad, de flexibilidad… Después de un año y medio creo que me recuperé solo en un 30 o 40%”, le dice a BBC Brasil la neuróloga de 46 años, profesora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp), quien se enfermara en agosto de 2020.

“No soy la misma persona, parece que perdí algunos puntos de CI (coeficiente intelectual)”.

Las “disfunciones cognitivas” son una de las manifestaciones de la covid de larga duración, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el “postcovid”, otro nombre que se le da a este conjunto de consecuencias de la enfermedad, que también puede incluir fatiga y falta de aire, entre otros síntomas.

La doctora dice también que “cree que la actividad física ayuda al cerebro”, por lo que intensificó su rutina de ejercicios. Actualmente practica pilates, hace ejercicios musculares y natación, además de correr de vez en cuando.

La natación, que practica desde “siempre”, ahora la hace como parte de su entrenamiento de esnórquel.

La investigadora advierte que se trata de un experimento que está haciendo de forma individual y que aún necesita más estudios científicos, pero parte de la hipótesis de que la hipoxia (disminución de oxígeno) puede mejorar la actividad del hipocampo, una parte del cerebro fundamental para la memoria, entre otras funciones.

En la evaluación neuropsicológica, realizada a través de pruebas y cuestionarios, los investigadores detectaron síntomas de depresión en el 18% de los participantes y ansiedad en el 29%.

Al analizar las resonancias magnéticas, los investigadores también encontraron cambios en el cerebro (más específicamente en la llamada anisotropía fraccional, que tiene que ver con el desplazamiento de las moléculas de agua en los tractos de materia blanca) asociados con problemas de atención y flexibilidad cognitiva.

Palabras clave: cerebro, científicos, Coronavirus, COVID-19, Enfermedad, Investigación, Pandemia, Salud, SARS-CoV-2, Virus

Enviar un comentario nuevo

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
CAPTCHA
Esta pregunta se hace para comprobar que es usted una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
Image CAPTCHA
Escriba los caracteres que se muestran en la imagen.