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En un hábito está también el futuro

Foto: Tomada de Internet

En un hábito está también el futuro

La lectura de un libro es la fortuna de un niño es una frase muy sabia que recorre varias páginas de Internet y esta reportera le ve aún más valor en los tiempos que vivimos, donde nuestros hijos se están convirtiendo en esclavos de las nuevas tecnologías al usarlas de forma desmedida y no precisamente para alimentar el alma.

El tema del hábito de la lectura es trascendental como la educación misma y como ella en toda su magnitud, un problema de la familia, la escuela y la sociedad. Enseñemos a los infantes a leer y tendremos mañana adultos que piensen. Pero, ¿lo logramos en realidad desde el accionar en la cotidianidad?

Aun cuando a pesar de las serias limitaciones de insumos las editoriales pineras El Abra y Áncoras en sus planes de producción anuales tienen en cuenta a este segmento poblacional y en cada actividad de Casas de Cultura, Artes Escénicas y el resto de las instituciones culturales gracias a la labor de conjunto con el Centro Municipal del Libro y la Literatura está presente la promoción y venta de títulos, no conseguimos convertir a nuestros muchachos en buenos lectores.

Tampoco que se motiven con el lanzamiento de concursos y la realización de eventos; o con el hecho de que la biblioteca Julio Antonio Mella y su sucursal en La Fe, Waldo Medina, acrecienten su quehacer en ese sentido y tengamos en el municipio escritores que por años han defendido el género.

La responsabilidad es de los adultos que los rodeamos y una arista fundamental de la situación es el correcto y sistemático tratamiento que debe dársele al fomento del vital hábito en cada centro educacional, donde permanecen prácticamente todo el día, entre otras cuestiones, por lo necesario para el desarrollo tanto cognitivo como emocional, al mejorar la capacidades de atención y adquisición de vocabulario.

En este sentido, más que la falta de títulos y la poca variedad en sus bibliotecas, el meollo está, a criterio de quien escribe, en la falta de personal calificado, díganse bibliotecarios, aunque los hay muy buenos y entregados a su labor, así como el no poseer los maestros y profesores el total conocimiento de su fondo documental y la urgencia de convertirnos en auténticos promotores de lectura.

Según el artículo ¿Leer en las aulas? del periodista, escritor, investigador y editor especializado en libros para niños y jóvenes, Enrique Pérez Díaz, publicado el 23 de febrero del 2021, en las escuelas cubanas se da alto valor a la lectura, así lo demostró un estudio realizado desde el Observatorio Cubano del Libro y la Lectura en 14 primarias de la capital, sin embargo en la Isla de la Juventud falta mucho por hacer.

No es opcional, en tiempos de Internet tenemos que velar por el uso que hacen los muchachos de la red de redes, que se nos presenta, además, como una biblioteca infinita, mostrémosles eso también.

Familiares y maestros necesitamos más superación y autosuperación –porque nunca son suficientes– de nuevas estrategias y maneras que nos permitan enamorar a los niños y jóvenes de un buen libro. Acerca de esto una excelente lección nos ha dado Amalia, la profe de Español-Literatura en la serie televisiva Calendario que ahora se retrasmite. Debemos y tenemos que ser más proactivos en la misión de hacer de nuestros retoños los hombres del mañana, seres inteligentes y cultos.

Palabras clave: Educación, hábito de la lectura, Internet, Responsabilidad, Libros

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