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Enfermedades zoonóticas: Leptospirosis

Enfermedades zoonóticas: Leptospirosis

La leptospirosis, una enfermedad de etiología bacteriana a la que se ha denominado también como Enfermedad de Weil, fiebre de los arrozales, fiebre de los cañaverales y enfermedad de los porqueros, entre otras sinonimias, en Cuba muchas personas comúnmente la identifican, como la enfermedad del ratón.

Realmente, es leptospirosis porque se trata de una enfermedad causada por bacterias espiroquetas del género Leptospira. Esas otras denominaciones empleadas para esta enfermedad infecciosa se relacionan con ciertas labores asociadas al riesgo de adquirirla.

Esta enfermedad zoonótica es de distribución mundial, más común en zonas de clima tropical o subtropical. A nivel global según cuenta en estadísticas revisadas, suman más de un millón de casos anuales y 60 000 fallecidos, a pesar de no ser una enfermedad invariablemente mortal como la rabia. Se refiere que los brotes de leptospirosis tienden a producirse después de lluvias torrenciales o inundaciones en áreas endémicas, especialmente en zonas con malas condiciones sanitarias y de vivienda.

Según criterios de expertos, la leptospirosis puede presentar manifestaciones clínicas variadas, que puede ser desde la forma asintomática o una forma leve, hasta la más grave, es decir que tiene varias formas clínicas.

Como nuestro propósito no es el estudio de la enfermedad, sino que usted conozca cuáles son sus reservorios, cómo puede adquirirla, algunos de sus síntomas, para que ante la aparición de estos, concurra de inmediato al médico y que esta enfermedad zoonótica no cause serios daños a la salud ni provoque daños irreparables, sobre eso estaremos tratando.

Las leptospiras pueden estar en el aparato genital y renal de animales domésticos y silvestres, los que pueden ser huéspedes y mantenerse como excretores asintomáticos durante años. Por ejemplo, perros callejeros y domésticos de zonas urbanas y suburbanas pueden mostrar signos de la infección y excretar leptospiras en la orina. Otros animales como roedores, cerdos, ganado bovino, también pueden ser portadores de leptospiras patógenas.

Las leptospiras se propagan a través de la orina de animales infectados (roedores, perros, ganado, cerdos, caballos y animales silvestres) y pueden sobrevivir desde semanas hasta meses en el agua y la tierra contaminadas con orina. Las personas se pueden infectar a través de lo siguiente: contacto directo con la orina o los líquidos del aparato reproductor de animales infectados, contacto con agua contaminada con orina (agua de inundación, ríos, arroyos, agua de alcantarilla) y tierra mojada e ingestión de alimentos o agua contaminados por orina.

La transmisión ocurre a través de las membranas mucosas, la conjuntiva y cortes o abrasiones en la piel, aunque algunos estudios citan que también a través de la piel intacta, es decir piel no excoriada.

Las actividades de alto riesgo pueden incluir caminar, nadar o navegar en agua de inundación o agua dulce (ríos, arroyos, lagos) que pueda estar contaminada con orina de animales. Algunas acciones —como la inmersión prolongada o sumergir la cabeza en agua contaminada, o tragarla— pueden aumentar el riesgo de manera particular.

Otras actividades de alto riesgo pueden incluir el contacto directo con animales y actividades que pueden causar abrasiones en la piel y exposiciones al agua o a la tierra, como la poda de arbustos, la jardinería y otras similares.

Si hubo exposición o si por las labores de trabajo una persona se expone al riesgo y presenta síntomas tales como repentina fiebre alta, mialgias (dolor o malestar en los músculos) sobre todo en las pantorrillas y región lumbar, cefalea (dolor de cabeza) retro orbitaria y frontal, nauseas, vómito, dolor abdominal, diarrea, tos, fotofobia, erupción en el tronco y la región pre tibial, debe acudir inmediatamente al médico.  Tampoco es recomendable la automedicación, pues ello puede conducir a un enmascaramiento del cuadro que presenta.

Cuando referimos si hubo exposición o se dedica a labores de riesgo para esta enfermedad, como haberse bañado en arroyos, lagunas, ríos, contacto con orina de animales, en el cultivo de arroz, almacenes u otros lugares donde haya presencia de roedores, áreas soterradas, entre otras similares, debe explicarse al médico, ya que síntomas de esta entidad pueden ser comunes a otras enfermedades infecto contagiosas.

En el verano muchas personas visitan el campo, tienen contacto con animales de patio y traspatio en casas de familiares y amigos, se bañan en ríos, en fin cambian de espacios y rutinas cotidianas. Ante afecciones que puedan indicar variantes en su estado de salud, igualmente visite el consultorio y explíquele al médico.

Siempre recomendamos, prevenir. Si se tiene en cuenta la posible exposición al riesgo, tomando las correspondientes precauciones, seguramente no se expondrá, ni adquirirá la infección por esta zoonosis.

Aquellas personas que poseen perros como mascotas, deben conocer que en los canes con leptospirosis se puede observar dolor muscular, rigidez, debilidad, temblores o reticencia a moverse. Estos signos pueden ser el resultado de vasculitis, miositis o nefritis. La mialgia se ha descrito con frecuencia en la leptospirosis en personas y se asocia con la fase septicémica de la enfermedad. Ante esta sintomatología usted debe acudir con su animal a la consulta veterinaria.

La prevención de la leptospirosis en los perros puede ser efectiva, aplicando la vacunación contra esta enfermedad con vacunas monovalentes u otras polivalentes, tales como las pentavalentes que incluyen la inmunización para esta enfermedad bacteriana.

Los años de trabajo como especialista en el control de las enfermedades zoonóticas en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de La Habana (CPHEM) nos propició conocer más sobre esta zoonosis que puede ser evitable, que se puede tratar a tiempo y así, evitarse afectaciones severas o irreparables para las personas.

Tenga siempre presente que muchas enfermedades zoonóticas son evitables, si se conocen los factores de riesgo asociados a las mismas, si se practica la protección, se contrarrestan las posibles afectaciones y si se acude al médico para ser tratadas, adecuada y oportunamente.

 

Palabras clave: Leptospirosis