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Enfermedades zoonóticas: Brucelosis

  • FUENTE: Cubadebate [1]
  • 23 Junio 2025
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Enfermedades zoonóticas: Brucelosis

La Brucelosis es la denominación genérica de las infecciones, tanto en animales como en humanos, causadas por cualquier especie del género Brucella, principalmente por Brucella abortus, B. melitensis y B. suis.

A escala mundial, esta enfermedad zoonótica puede ser conocida con diferentes nombres, tales como Melitococia, Fiebre ondulante, Fiebre de Malta, Fiebre del Mediterráneo (en las personas), Aborto contagioso, Aborto infeccioso, Aborto epizoótico (en los animales) y enfermedad de Bang (en bovinos).

La brucelosis es una enfermedad bacteriana generalizada de comienzo agudo o insidioso, es decir, que al inicio bajo una apariencia benigna puede después conllevar a cierta gravedad. Puede al principio ser de difícil pronóstico, al presentar síntomas comunes a otras enfermedades infectocontagiosas. Es preciso el estudio clínico-epidemiológico y los resultados de laboratorio para un diagnóstico confirmado.

En el género Brucella se reconocen varias especies, tales como la B. melitensis, B. abortus, B. suis, B. neotomae, B. ovis y B. canis, entre otras. Las tres primeras especies denominadas “clásicas” se han subdividido a su vez en biovares (cepas que difieren fisiológica o bioquímicamente, de otras cepas de una especie  en particular) que se distinguen por diferentes características tanto, bioquímicas, de comportamiento o ambas.

Esta enfermedad tiene distribución geográfica mundial. Las diferentes especies de Brucella y sus biovares, presenta variaciones geográficas. Por ejemplo la B. abortus es la más ampliamente difundida; la B. melitensis y B. suis tienen una distribución irregular; y otras presentan una distribución que se limita a los focos naturales, sin en ellas, haberse comprobado la infección en el hombre o en animales domésticos. La infección por B. canis se ha comprobado en muchos países de varios continentes y puede afirmarse que su distribución es mundial. B. ovis parece estar distribuida en todos los países donde la cría de ovinos es importante.

En cuanto a la presentación en los humanos, según revelan las organizaciones de salud a nivel mundial y regional, cada año se reportan en el mundo 500 000 nuevos casos de brucelosis, en personas de todas las edades y de ambos sexos. En la región de las Américas, la OPS señala, se conoce en 17 de los 24 países entrevistados. Su presentación en grupos de población humana se asocia principalmente a las actividades de riesgo.

Esta enfermedad es sobre todo ocupacional pues se presenta principalmente en personas que trabajan o se relacionan con animales infectados o sus tejidos, en particular trabajadores agropecuarios, médicos veterinarios y trabajadores de mataderos. Existen otros factores de riesgo, por ejemplo en ciertas  ocasiones suelen ocurrir brotes epidémicos, asociados al consumo de leche cruda y productos lácteos de vacas, ovejas y cabras infectadas, que no son pasteurizados. Pueden ocurrir casos de la infección por B. canis, en personas entrenadoras de animales por el contacto con perros infectados o de cazadores por el contacto con cerdos salvajes, por B. suis.

Mundialmente, se reconocen como reservorios el ganado vacuno, porcino, caprino y ovino. La infección también puede afectar a los camellos, bisontes, alces, caribúes y algunas especies de ciervos. En los perros domésticos suele ser  discreta la presentación. También se puede presentar la infección en coyotes y en puede ocurrir en mamíferos marinos como ballenas, marsopas y delfines a expensas de la B. ceti y en focas, leones marinos y morsas por B. pinnepedialis.

El modo de transmisión está asociado primordialmente al contacto de excoriaciones o heridas en la piel con tejidos animales, sangre, orina, secreciones vaginales, fetos abortados y en especial placentas, más por la ingestión de leche cruda y productos lácteos como quesos no pasteurizados provenientes de animales infectados.

Esta enfermedad  septicémica, de principio repentino o insidioso, como señalamos antes, se presenta con fiebre continua, intermitente o irregular. La sintomatología de la brucelosis aguda, como la de muchas otras enfermedades febriles, consiste en escalofríos, sudores profusos y elevación de temperatura.

Es muy frecuente la astenia (sensación de fatiga y debilidad generalizada, alteraciones del estado general) y cualquier ejercicio produce una pronunciada fatiga. La temperatura puede variar desde normal en la mañana hasta 40 °C en la tarde; sudoración durante la noche y se puede caracterizar por un olor particular.

Los síntomas comunes son insomnio, impotencia sexual, constipación, anorexia, cefalalgia, artralgias y dolores generalizados. La enfermedad produce un fuerte impacto sobre el sistema nervioso, que se traduce en irritación, nerviosismo y depresión. Muchos pacientes tienen los ganglios periféricos aumentados de volumen o presentan esplenomegalia (aumento de tamaño del bazo) y con frecuencia hepatomegalia (aumento de tamaño, agrandamiento del hígado), pero raramente ictericia. Otros síntomas de forma muy particular se pueden manifestar en los pacientes de brucelosis.

La enfermedad tiene un período de incubación variable y puede ser difícil de precisar, puede ser del rango de 5 a 60 días aunque mayoritariamente está en 1 -2 meses. Es rara la transmisión persona a persona, aunque se refiere riesgo de contagio en zonas endémicas para el personal médico que se pone en contacto con fómites, tejidos contaminados o la sangre durante ciertos  procedimientos obstétricos. La gravedad y la duración del cuadro clínico, es variable.

Conociendo un poco más sobre esta enfermedad zoonótica, entre las medidas recomendadas por los expertos para su prevención, aparecen:

Educar a la población sobre los riesgos de consumir leche no tratada o productos elaborados con leche no pasteurizada o no sometida a otro tratamiento.

Educar a los campesinos, trabajadores agropecuarios, de mataderos, empacadoras o carnicerías sobre la naturaleza de la enfermedad y el riesgo de manipular reses o tejidos de animales.

Educar en cuanto a las medidas de higiene y especialmente el lavado de manos.

Pasteurizar la leche y los productos lácteos provenientes de vacas, ovejas y cabras. Hervir la leche cuando no es posible pasteurizarla y no comer carne de animales que parezcan enfermos.

Tener cuidado en la manipulación y eliminación de placentas, secreciones y fetos de los animales y siempre desinfectar las áreas contaminadas.

La finalidad de tratar sobre estas zoonosis, es esencialmente que se conozcan mejor, dada la emergencia y reemergencia de entidades de origen animal y la importancia que prestan hoy las organizaciones de salud y la sanidad animal a estas enfermedades, en particular en el marco del conocimiento y la investigación científica, así como las acciones de prevención y control, en franco desarrollo global del enfoque “una sola salud”.

 

Palabras clave: Zoonosis, Brucelosis

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